Vecinos del barrio San Mariano aseguran que los pesticidas utilizados por los grandes productores produjeron la muerte de terneros y advierten que contaminan los cultivos de los pequeños agricultores. Además, uno de ellos fue rociado con veneno cuando sacaba fotos a una avioneta fumigadora.
Por Nahuel Garelli
Las zonas rurales de La Matanza cada vez son más utilizadas por los productores agropecuarios para extender las siembras de soja, maíz y trigo transgénico. Pero los pesticidas que se usan para mantener estos cultivos son venenosos y representan un serio riesgo para la salud de los animales y las personas que habitan las zonas fumigadas.
Según los vecinos de barrio San Mariano, de Virrey del Pino, desde hace mucho tiempo, se realizan fumigaciones con mosquito, mochilas y avionetas, pero, como no saben quiénes son los propietarios de los campos, es difícil hacer las denuncias. “Los cultivos son transgénicos porque les conviene económicamente. Hay gente a la que lo único que le importa es el dinero y no le interesa matar para conseguirlo”, criticó Roberto Núñez, un pequeño productor de la zona que, hace tres semanas, fue testigo de una fumigación aérea que, desde ese momento, asegura, le provocó una tos constante. “Hay vecinos a los que se les murieron terneros y vacas”, denunció.
Sin control
Desde la Secretaría de Producción municipal, aseguraron a El1 que, antes de que se realicen las fumigaciones, se les debe avisar con anticipación a los vecinos para que puedan proteger a sus animales y cultivos, aunque ellos aseguran que esto nunca sucede.
Si bien el secretario de Producción local, Jorge Devesa, aclaró que “el glifosato está permitido en toda la Argentina pero lo que no está permitido es el empleo sobre lugares próximos a la población”, las fumigaciones en Virrey del Pino se realizan en áreas que, si bien son rurales, están bastante pobladas. Además, no solo afectan a los pequeños productores, sino que también se filtran en las napas y se esparcen con el viento, lo que puede ocasionar riesgos aun en áreas alejadas de los campos fumigados.
Sin embargo, el Municipio reconoció que no cuenta con los elementos necesarios para determinar con exactitud qué agrotóxicos se utilizan. “No tenemos laboratorio para determinar cuál es el producto. Pero, si alguien ve que se está tirando alguna sustancia nociva, tomamos intervención, aunque en casos más complejos, como este, debe intervenir la Provincia”, explicó el secretario de Medio Ambiente, Daniel Iglesias.
Ante esta situación, los vecinos planean realizar una presentación judicial en las próximas semanas para que se investigue quién es el dueño de los campos, además de realizarse estudios para saber si las fumigaciones ya causaron daños en la salud.
Las zonas rurales de La Matanza cada vez son más utilizadas por los productores agropecuarios para extender las siembras de soja, maíz y trigo transgénico. Pero los pesticidas que se usan para mantener estos cultivos son venenosos y representan un serio riesgo para la salud de los animales y las personas que habitan las zonas fumigadas.
Según los vecinos de barrio San Mariano, de Virrey del Pino, desde hace mucho tiempo, se realizan fumigaciones con mosquito, mochilas y avionetas, pero, como no saben quiénes son los propietarios de los campos, es difícil hacer las denuncias. “Los cultivos son transgénicos porque les conviene económicamente. Hay gente a la que lo único que le importa es el dinero y no le interesa matar para conseguirlo”, criticó Roberto Núñez, un pequeño productor de la zona que, hace tres semanas, fue testigo de una fumigación aérea que, desde ese momento, asegura, le provocó una tos constante. “Hay vecinos a los que se les murieron terneros y vacas”, denunció.
Sin control
Desde la Secretaría de Producción municipal, aseguraron a El1 que, antes de que se realicen las fumigaciones, se les debe avisar con anticipación a los vecinos para que puedan proteger a sus animales y cultivos, aunque ellos aseguran que esto nunca sucede.
Si bien el secretario de Producción local, Jorge Devesa, aclaró que “el glifosato está permitido en toda la Argentina pero lo que no está permitido es el empleo sobre lugares próximos a la población”, las fumigaciones en Virrey del Pino se realizan en áreas que, si bien son rurales, están bastante pobladas. Además, no solo afectan a los pequeños productores, sino que también se filtran en las napas y se esparcen con el viento, lo que puede ocasionar riesgos aun en áreas alejadas de los campos fumigados.
Sin embargo, el Municipio reconoció que no cuenta con los elementos necesarios para determinar con exactitud qué agrotóxicos se utilizan. “No tenemos laboratorio para determinar cuál es el producto. Pero, si alguien ve que se está tirando alguna sustancia nociva, tomamos intervención, aunque en casos más complejos, como este, debe intervenir la Provincia”, explicó el secretario de Medio Ambiente, Daniel Iglesias.
Ante esta situación, los vecinos planean realizar una presentación judicial en las próximas semanas para que se investigue quién es el dueño de los campos, además de realizarse estudios para saber si las fumigaciones ya causaron daños en la salud.
El que se animó a denunciar
Cuando Roberto Núñez escuchó que una avioneta estaba fumigando un campo cercano, tomó su cámara y se dispuso a fotografiar la situación. Pero, cuando el conductor de la aeronave lo advirtió, cambió su rumbo e intentó rociarlo con el pesticida.
“Pude identificar las matrículas, por lo que realicé una denuncia al Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, al Ministerio de Asuntos Agrarios y a la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de la provincia de Buenos Aires. También, la presenté ante la policía ecológica, la Municipalidad de La Matanza y las secretarías de Producción y Medio Ambiente locales”, señaló el vecino. Hasta ahora, no obtuvo respuestas.
“¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de que nos están envenenando, de que nos están matando? Estamos cambiando vidas humanas por plata”, reflexionó.
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