Alcira Argumedo Diputada Nacional de Proyecto Sur
En el marco de una campaña que dista del fair play, algunos intelectuales y periodistas insisten en el intento de pegar a Proyecto Sur y en especial a Pino Solanas con la derecha. No dudamos en diferenciar estas críticas firmadas, de la sutil perspicacia de 6,7,8 y de los libelos anónimos que, al mejor estilo servicios de inteligencia, circulan por mails y facebooks o carteles pegados en la calle.
27-Mar-2010 | Más allá del respeto y el afecto que siento por muchos de ellos, me permitiré hacer el ejercicio de definir sus posiciones siguiendo la lógica que emplean, entre otros, Eduardo de la Serna, Horacio Verbitsky, Luis Bruschtein, Horacio González, Rubén Dri, Eduardo Sigal o Alfredo Zaiat, para demostrar nuestros férreos lazos con la derecha parlamentaria. Nadie puede dudar que la derecha existe también fuera del Parlamento: derecha extraparlamentaria con un poder más permanente, sustentada en los grupos económico-financieros que fueran principales cómplices y beneficiarios del saqueo iniciado con la dictadura militar. En su momento le manifestamos a Eduardo de la Serna: “No me parece honesto de tu parte pretender pegar a Pino con Menem. Debieras recordar que en 1991, cuando Néstor y Cristina lo recibían festejando el siniestro desguace de YPF como un "acto de soberanía" y diciendo "aquí está el pueblo de Santa Cruz apoyando este proyecto de transformación que la Argentina necesita" (tengo videos de prueba) Pino sufría un atentado promovido por el mismo Menem, con seis tiros de ametralladora en las piernas y el anuncio que las próximas iban a la cabeza si continuaba denunciando”. Como la respuesta de Eduardo fue reiterar la pegatina, justificándola en una determinada lógica, vamos a hacer el ejercicio de utilizar esa misma lógica.
Si de fotos se trata, tenemos en estos días la de Cristina Kirchner con Franco Macri, publicada en Página12 al ser designado en Lima presidente del capítulo argentino del Consejo Interempresario Binacional de Integración e Inversiones. Conocido cómplice y beneficiario mayor de la dictadura militar y de los sucesivos gobiernos democráticos, en la mencionada lógica tal vez debemos pegar la foto de los sacerdotes del grupo Carlos Mujica o la de esos periodistas e intelectuales con la de Franco Macri. Otra foto es la de Cristina Kirchner con Peter Munk -presidente de la Barrick Gold, cuyo capital originario proviene de los Bush y del traficante de armas saudí Adnan Khashoggi, vinculado con el caso Irán-Contras- junto al gobernador José Luis Gioja y al Ministro de Minería: el veto a la ley de protección de glaciares permite que en la mina Veladero se vuelquen cada año 4.000 toneladas de cianuro, para ser mezcladas con cien millones de agua potable por día a fin de separar el oro y el cobre, en el procesamiento de las rocas que quedan después de hacer estallar montañas y glaciares con 2.500 camiones de explosivos anuales. Una vez extraídos los metales, quedan para los argentinos piletas de varios kilómetros -diques de cola- de agua mezclada con cianuro, además de las fuentes de agua, la tierra y el aire contaminados. El interbloque de diputados Proyecto Sur tiene una foto con pobladores de Andalgalá, que denuncian haber sido brutalmente reprimidos por resistirse al desalojo de su pueblo, para favorecer la explotación minera a cielo abierto avalada por el gobierno nacional. ¿Debemos pensar que la foto de quienes nos pretenden pegar con la derecha sería -por carácter transitivo- junto a los directivos de Minera La Alumbrera o Agua Rica? ¿O tal vez junto a los gobernadores kirchneristas Urtubey de Salta y Capitanich de Chaco, entusiastas del desmonte de bosques destinados a soja, despojando a comunidades indígenas y campesinas o produciendo la tragedia de Tartagal, gracias a la tardanza de casi dos años en promulgar la Ley de Bosques? Sin mencionar las fotos -también por carácter transitivo- con el gobernador Insfran de Formosa o con los intendentes Ishi, Othacehe, Mussi, Coronel o Curto del Gran Buenos Aires.
Las furias desatadas contra Proyecto Sur se fundamentan en habernos opuesto a los diversos DNU destinados a pagar la deuda fraudulenta. Debe recordarse que los DNU nacieron días después de que el gobierno hiciera aprobar en noviembre de 2009 la Ley de apertura del canje de deuda, con el voto de de la derecha: el PRO, el radicalismo y sectores del Peronismo Federal. Un punto central de la propuesta programática enunciada ya en 2007, es promover una auditoría de la deuda como lo han hecho Correa en Ecuador y ahora Lula en Brasil: no vamos a traicionar nuestra palabra. Si se acepta que gran parte de la deuda es ilegítima ¿por qué convocar a la epopeya de pagarla o justificar lo injustificable; por qué acusarnos a nosotros de estar con la derecha? Se nos dice que silenciamos la acción del gobierno “que llevó a cabo la más digna renegociación de la deuda en toda nuestra historia y alcanzó una quita superior al 70% (…) enfrentado agudas críticas de muchos de quienes hoy comparten la mesa de acuerdos del partido de Argumedo” (Sigal, Página12,12/3/10). La deuda total a la fecha de dicho canje en 2005 era de 191.200 millones de dólares y se renegociaron 82.000 millones; de éstos, fueron rescatados 62.000 millones (el resto está en manos de “fondos buitres”) y al haberse emitido bonos en canje por 35.000 millones, la diferencia real entre las dos últimas cifras es de 27.000 millones de dólares. Sobre un total de 191.200 millones, la quita de 27.000 millones es un 15% y no 70%. La deuda quedó en 164.000 millones de dólares y desde entonces se pagaron unos 40.000 millones; no obstante, hoy supera los 176.000 millones: la generosidad de la propuesta actual sorprendió a los propios acreedores.
Se estima que, en términos materiales, la destrucción producida por el terremoto y el tsunami en Chile tendría un costo de 30.000 millones de dólares, con el drama de más de mil muertes. Si entre el 2005 y el 2009 Argentina pagó 40.000 millones de dólares en concepto de deuda fraudulenta, esto significa que cada tres o cuatro años sufrimos un desangramiento de recursos nacionales equivalente al terremoto y al tsunami en Chile; pero en vidas humanas el costo es mayor, dadas las muertes por hambre, miseria y enfermedades curables. De continuar con la política de pagos sin investigar la deuda ilegítima, esta situación se reiteraría hasta el 2089 o el 3012: ¿debemos suponer que quienes nos acusan de estar con la derecha apoyan esta locura con sus terribles secuelas sociales? La lógica formal tiene el recurso de “demostración por el absurdo”: es el que estamos utilizando con la intención de hacer reflexionar a quienes nos denostan. El simplismo de la lógica binaria aristotélica y la metodología de Pedro y el Lobo, tienden a plantear situaciones confusas que sólo favorecen a las corporaciones y bancos, así como a los grandes corruptos que saquean nuestro país, ocultando los reales intereses beneficiados con el sufrimiento de las mayorías. Baste recordar la tan mentada 125: quienes se oponían supuestamente estaban con la Sociedad Rural; pero quienes la apoyaban permitieron un desfalco al Estado -en su momento denunciado por Proyecto Sur- de 1.750 millones de dólares en favor del Senador por el FPV Roberto Urquía de Aceitera General Deheza, además de Bunge, Cargill, Dreyfus, Monsanto, Nidera y otras exportadoras del campo popular: el desfalco pudo concretarse, dada la amnistía a las causas de defraudación penal y el blanqueo de capitales decretada por la presidencia en noviembre de 2008. Es hora de debatir en serio, con rigurosidad y sin agravios, los grandes problemas que afectan al pueblo argentino y los lineamientos de un proyecto superador: nosotros estamos dispuestos.
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